En este video vemos cómo IBM, una de la grandes empresas de tecnología, nos explica como funciona el IoT.
El Internet de las cosas está cambiando el mundo. Desde la manera de conducir hasta la manera de hacer las compras o incluso la manera de utilizar la energía en las casas. Sofisticados sensores instalados en los objetos (coches relojes zapatilla y cualquier clase de objeto) transmiten datos, que nos enseñarán a entender mejor cómo funcionan las cosas (recabando datos) y cómo funcionan todas juntas.
Pero ¿cómo funciona y cómo se gestiona toda esta cantidad de información?
A través de plataformas que tengan un lenguaje informático compatible, y aplicaciones que satisfagan las necesidades del consumidor y que puedan poner en común toda esta información. El proceso empieza en los propios dispositivos que mandan los datos se almacenan en una plataforma de forma segura. Imaginemos a un conductor, que está en un largo viaje, se le enciende un piloto de alerta del motor. En ese momento no tiene ni idea de donde hay algún taller cerca ni si es un asunto importante. El propio coche, que dispone de numerosos sensores en puntos clave, detectará si la avería requiere una asistencia inmediata y enviará estos datos al fabricante del coche. Todo ello si previamente nos hemos registrado y hemos aceptado los términos y condiciones, que nos tendrá que asegurar que dichos datos serán enviados de manera segura. Estas plataformas están constantemente recogiendo datos de cientos de sensores de tal manera que puedan fabricar el numero aproximado de componentes necesarios para las reparaciones. En el presente caso el sensor enviará al conductor un mensaje (email, whatsapp o sms) diciendo cual es el tipo de avería que tiene, si es grave y donde está el taller donde repararlo que esté más cerca y que tenga los recambios necesarios.
Pero estos sensores, de millones de coches, no solo sirven para estas averías sino que ayudan a los fabricantes de coches a realizar mejoras en el motor o en cualquier otra parte del coche.
Esto ayuda no solo al conductor del coche, de manera que tenga una conduccion más segura si no también a los talleres que podrán recibir los recambios de manera más eficiente y a los fabricantes que mejorarán los diseños de los coches.
Realmente es algo beneficioso para todos, el único peligro es la seguridad en la codificación y envío de datos de un punto a otro de tal modo que no pueda ser interceptada por cibercriminales que se aprovechen ilegalmente de estos datos.